Javier Elizondo y Jorge Feria. |
EDUARDO SANTOS
S.O.S / Saltillo
Con algunas licencias y musicalizada en vivo, se presentó ayer, la
puesta en escena “Diablos y Pastores, la Pastorela de Catón”, dirigida por
primera vez por el también actor Gabriel Neaves.
El Teatro de la Ciudad Fernando Soler lució lleno casi en su totalidad
de personas ávidas de disfrutar este clásico de la dramaturgia saltillense que,
en su primera función, inició 15 minutos después de la hora anunciada.
La música en vivo fue la primera en hacerse notar, el pianista Jorge
García Almaguer y el director musical Alejandro Reyes Valdés en el escenario
acompañaron a los personajes en este lío armado entre diablos y pastores.
Siete encapuchados completaron el elenco musical: Fabiola Calderón,
José Pedro García, Diana Natalia Hinojosa, Perla Marisol López, Gabriela Nataly
Martínez, Alejandra Osorio y María José Sandoval, hicieron derroche de su
talento vocal como coristas.
El vestuario fue algo que también destacó dentro de la puesta y el
trabajo creativo se pudo ver reflejado, sobre todo en las prendas utilizadas
por Lucifer, no así ocurrió con la iluminación a cargo de Alejandro Espinoza,
la cual fue deficiente y no ayudó al desarrollo de la obra.
La escenografía a cargo de Eduardo Ramírez y Gabriel Neaves fue
sencilla, pero suficiente, además el uso de imágenes a espaldas de los actores
ayudó a la ubicación de lugares.
El primero en entrar a escena fue Lucifer, interpretado por Javier
Elizondo, una de las actuaciones que más lució, en primera instancia con la
realización de un monólogo y después con la participación con otros actores.
El borracho hizo su entrada cantando y bailando, por momentos a Jorge
Feria Sosa se le olvidó que estaba ebrio y se tambaleó menos, pero aún así fue
uno de los personajes que más hizo reír al público, quizá por su naturalidad o su manera peculiar de
hablar.
El cuadro lo completaron el Ermitaño interpretado por Eduardo Ramírez
y los pastores encarnados por Juan Martínez (Lisardo y Soberbia), Alejandra
Ugalde (Bartola y Pereza), Karen Uresti (Menga y Envidia), Carlos Padilla (Bato
e Ira), César Carrillo (Parrado y Avaricia), Alondra Gómez (Gila y Lujuria) y
Myrna Flores (Cuchara y Gula).
Bartola, Cuchara y Gila fueron personajes que lograron su cometido,
hacer reír con su diálogo, pero también con la interpretación realizada por las
actrices. A otros que también se les notaron las tablas sobre el escenario
fueron a Carlos Padilla y a Eduardo Ramírez.
El Arcángel Miguel, interpretado por David Fraustro y la pastorcita,
rol realizado por Angélica Frasutro, completaron el elenco.
Chistes añadidos como la inclusión de un discurso político, la subida
del precio del huevo y el abordar la temática del bullying fueron algunas
novedades que presentó este montaje que tenía dos años sin verse en Saltillo.
Un final repentino que puso al público de pie rumbo a las puertas del
teatro terminó la primera función de esta puesta en escena escrita por Armando
Fuentes Aguirre que dura alrededor de 90 minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí se ejerce la libertad de expresión, deja tu comentario, no tenemos censura.