viernes, 14 de diciembre de 2012

Se arma lío entre 'diablos y pastores'

Javier Elizondo y Jorge Feria.

EDUARDO SANTOS
S.O.S / Saltillo
Con algunas licencias y musicalizada en vivo, se presentó ayer, la puesta en escena “Diablos y Pastores, la Pastorela de Catón”, dirigida por primera vez por el también actor Gabriel Neaves.
El Teatro de la Ciudad Fernando Soler lució lleno casi en su totalidad de personas ávidas de disfrutar este clásico de la dramaturgia saltillense que, en su primera función, inició 15 minutos después de la hora anunciada.
La música en vivo fue la primera en hacerse notar, el pianista Jorge García Almaguer y el director musical Alejandro Reyes Valdés en el escenario acompañaron a los personajes en este lío armado entre diablos y pastores.
Siete encapuchados completaron el elenco musical: Fabiola Calderón, José Pedro García, Diana Natalia Hinojosa, Perla Marisol López, Gabriela Nataly Martínez, Alejandra Osorio y María José Sandoval, hicieron derroche de su talento vocal como coristas.
El vestuario fue algo que también destacó dentro de la puesta y el trabajo creativo se pudo ver reflejado, sobre todo en las prendas utilizadas por Lucifer, no así ocurrió con la iluminación a cargo de Alejandro Espinoza, la cual fue deficiente y no ayudó al desarrollo de la obra.
La escenografía a cargo de Eduardo Ramírez y Gabriel Neaves fue sencilla, pero suficiente, además el uso de imágenes a espaldas de los actores ayudó a la ubicación de lugares.
El primero en entrar a escena fue Lucifer, interpretado por Javier Elizondo, una de las actuaciones que más lució, en primera instancia con la realización de un monólogo y después con la participación con otros actores.
El borracho hizo su entrada cantando y bailando, por momentos a Jorge Feria Sosa se le olvidó que estaba ebrio y se tambaleó menos, pero aún así fue uno de los personajes que más hizo reír al público, quizá por su naturalidad o su manera peculiar de hablar.
El cuadro lo completaron el Ermitaño interpretado por Eduardo Ramírez y los pastores encarnados por Juan Martínez (Lisardo y Soberbia), Alejandra Ugalde (Bartola y Pereza), Karen Uresti (Menga y Envidia), Carlos Padilla (Bato e Ira), César Carrillo (Parrado y Avaricia), Alondra Gómez (Gila y Lujuria) y Myrna Flores (Cuchara y Gula).
Bartola, Cuchara y Gila fueron personajes que lograron su cometido, hacer reír con su diálogo, pero también con la interpretación realizada por las actrices. A otros que también se les notaron las tablas sobre el escenario fueron a Carlos Padilla y a Eduardo Ramírez.
El Arcángel Miguel, interpretado por David Fraustro y la pastorcita, rol realizado por Angélica Frasutro, completaron el elenco.
Chistes añadidos como la inclusión de un discurso político, la subida del precio del huevo y el abordar la temática del bullying fueron algunas novedades que presentó este montaje que tenía dos años sin verse en Saltillo.
Un final repentino que puso al público de pie rumbo a las puertas del teatro terminó la primera función de esta puesta en escena escrita por Armando Fuentes Aguirre que dura alrededor de 90 minutos.

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