viernes, 31 de mayo de 2013

Reflexiones de un fumador

Por EDUARDO SANTOS
Alberto Madrigal Uribe llegó a consumir 25 mil 742 cajetillas de cigarros en 47 años y en la última década alrededor de 50 diarios, el costo económico del vicio fue de 334 mil 646 pesos, pero éste no significa nada comparado con el precio pagado en cuestiones de salud, mismo que lo hizo pensar en alejarse del tabaquismo.


"Desgraciadamente fue muy tarde, porque pasó demasiado tiempo, tuve primero enfisema pulmonar, luego la pérdida total del olfato, embolia cerebral, un primer infarto, después un segundo y en éste me revivió el médico al hacer que funcionara de nuevo mi corazón", explicó Madrigal de 62 años.

En enero del 2003, estuvo hospitalizado en Monterrey por una semana y media en estado de gravedad a causa del segundo infarto, por esta razón su familia tomó la decisión de no dejarlo fumar nunca más.

En 1981 se le advirtió por primera vez que se alejara del tabaco cuando se presentó el problema del enfisema pulmonar, el doctor que le atendió en esa ocasión le preguntó "¿cuándo fue el último cigarro que fumaste?" Alberto respondió que hace como media hora; "pues fue el último", puntualizó el médico.

Pero no fue así, después de esa fecha, Alberto Madrigal siguió fumando y no la misma cantidad de cigarros, sino más, por esta razón, tres años más tarde perdió totalmente el sentido del olfato y fue un 5 de noviembre de 1987 cuando sufrió una embolia cerebral con hemiplejía.

Al cumplir los 58 años tuvo su primer infarto cardiaco y a los 62 se le presentó el segundo y al mismo tiempo una nueva oportunidad de vida, sin cigarros.

 "Nunca hice caso hasta que llegó mi segundo infarto y para ser sincero, la decisión de dejar el cigarro no la tomé yo, la tomó mi familia".

Sus tres hijos y su esposa le pidieron que dejara de fumar y para ayudarlo, los fumadores de la familia dejarían también el cigarro y aunque Alberto sabe que lo siguen haciendo a escondidas, valora su esfuerzo por no fumar frente a él.

"De hecho ya no hay ceniceros en la casa, la familia fue mi principal motivo y mi primer vigilancia, si mi mujer me llega a oler a cigarro me hace un tango, pero no me molesta, al contrario, sé que lo hace por mi bien", confesó.

Alberto Madrigal reconoció que aún fuma uno o dos cigarros al día porque es más difícil alejarse del tabaquismo cuando se estuvo conviviendo con este vicio durante 47 años.

"La teoría de la mayoría de los fumadores es que debe cortar uno de tajo, eso le ha funcionado a mucha gente, pero yo siento que eso le funciona a las personas que fuman poco, quienes tenemos muy arraigado el vicio no podemos hacerlo, nos cuesta demasiado trabajo".

A escondidas, sin que nadie lo vea y en un lugar abierto, Alberto aprovecha para recordar un poco aquellos tiempos en los que fue un fumador, pero ya no encuentra el mismo gusto al hacerlo.

"Siento que lo estoy logrando porque me mareo cuando fumo, antes lo disfrutaba mucho, ahora después de fumar necesito sentarme o acostarme, mi cuerpo ya lo empezó a rechazar", detalló.

Señaló que la idea es disminuir la frecuencia hasta llegar a cero por día, pues de 50 cigarros diarios, ahora no pasa de dos.

"Ya tengo meses fumando uno o dos cigarros al día, lo que me falta es más fácil, ahora ya se puede imponer la fuerza de voluntad, que antes era inútil, porque tenía demasiado arraigado el vicio", destacó.

Y todo comenzó cuando Madrigal Uribe tenía 17 años, tiempos de preparatoria, en los que un joven actúa más por imitación que por convicción, el cigarro fue una moda que le comenzó a gustar, luego se le hizo costumbre, después hábito, hasta que se convirtió en un vicio.

"Definitivamente fue un error, si yo tuviera 17 años otra vez, como cuando empecé a fumar, no lo haría y no tanto por los males que tengo, pues sigo vivo, no tengo cáncer y mis problemas de enfisema y corazón los tengo controlados, no estoy desahuciado, pero estas experiencias en mi vida me hacen pensar en que no fumaría", puntualizó.

El Recuento de los Placeres y los Daños
Por Alberto Madrigal
De los 15 a los 19 años (1954-1957)
2 cajetillas por semana x 52 semanas x 4 años = 416 cajetillas.
 De los 20 a los 21 años (1958-1959) 4 cajetillas por semana x 52 semanas x 2 años= 416 cajetillas.
De los 22 a los 31 años (1960-1970)
Una cajetilla diaria x 365 días x 11 años=     4015 cajetillas
De los 32 a los 41 años (1971-1980)
Una y media cajetilla diaria x 365 días x 10 años= 5475 cajetillas
De los 41 a los 62 años (1981 al 15 de enero del 2003)
Dos cajetillas diarias x 365 días x 21 años, más un mes y 15 días = 15420 cajetillas
Total:  25742 cajetillas

Costo económico (hasta el 2003):
25742 cajetillas al precio actual de 13 pesos cada una, que equivalen a lo que en su momento costaron las primeras cajetillas, dan un total de: 334 mil 646 pesos.

Costo en salud:
A los 41 años enfisema pulmonar en 1981.
A los 45 años, pérdida total del sentido del olfato.
A los 48 años, embolia cerebral con hemiplejía (1987).
A los 58 años, primer infarto (1997).
A los 62 años, segundo infarto (2003)
Fueron 47 años de tabaquismo, es decir 544 meses, o sea 3 mil 446 semanas, equivalentes a 17 mil 125 días fumando 514 mil 840 cigarros.


“¡Lástima! "Fumar era un gran placer”: Alberto Madrigal Uribe, ex fumador.

Reportaje publicado en Palabra en el año 2003

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