Se lleva a cabo el tradicional via crucis de Saltillo, en su edición número 37
EDUARDO SANTOS
S.O.S / Saltillo
Este
viernes por la tarde se le dio muerte a Jesús de Nazareth, a quien se le acusó
de blasfemia, delito que lo llevó a la cruz.
Previo a
este final, quien se hacía llamar el Mesías fue llevado con Poncio Pilato,
prefecto de la Provincia de Judea, quien dio a elegir al pueblo entre la
libertad de Jesús o Barrabás, pero el pueblo eligió al segundo.
Jesús
cargó con su cruz, rumbo al Gólgota, en medio de curiosos, gente que lo seguía
y fariseos que deseaban su muerte.
El también llamado por sus seguidores como el Cristo cayó varias veces antes de
llegar a su destino.
En un
punto del trayecto su madre, María, hija de David, se acercó con su Jesús, sin
embargo, los soldados romanos la alejaron de él.
En una de
las caídas de Jesús, un hombre llamado Simón de Cirene fue obligado a cargar la
cruz hasta el Gólgota.
En un
lugar llamado La Calavera, Jesús fue clavado en la cruz y colocado al lado de
dos ladrones.
En la cruz
se colocó una leyenda que se traduce al español, “Este es el Rey de los Judíos”.
Antes de
morir, alrededor de las 3:00 de la tarde del viernes, se escucharon las últimas
palabras de Jesús.
Después de ser bajado en el madero, se escuchaban comentarios de que verdaderamente, ese justo era el Hijo de Dios.
“Era ya
como la hora sexta, cuando descendieron tinieblas sobre toda la tierra hasta la
hora novena 45 al eclipsarse el sol”.
EL DATO:
Este
Viernes Santo se escenificó el tradicional vía crucis del Ojo de Agua.
El
sacerdote Humberto Álvarez fungió como narrador.
50
actores en escena.
2
horas y media de dramatización.
5
kilómetros de recorrido.
6
mil personas los espectadores.
100
kilos el peso de la cruz.
6
metros la altura del madero.
37
ediciones del vía crucis del Ojo de Agua.
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