¿Y la cultura para qué?
... no es solamente una palabra que provoca ronchas a más de un político, ni algo con lo que se pueda uno hacer rico...
Por: Sergio Arévalo
En un viaje a la ciudad de México me tocó el famoso y temido
tráfico, no del que pasan 10 minutos para poder pasar un semáforo sino de ese
en el que bien podrías empezar y terminar de leer un libro y posiblemente hasta
pudieras en ese mismo momento redactar un resumen y señalar los diez puntos más
importantes.
Mientras estaba dentro de un taxi en ese tráfico agonizante me
percaté que el taxista tenía a un lado suyo el libro de la biografía del
desaparecido autor Charles Chaplin, aquel famoso cómico del cine de comedia en
blanco y negro, le pregunté que si el libro lo había dejado algún pasajero a lo
que el me respondió que no, que el lo había comprado, le pedí permiso de
hojearlo a lo que él aceptó, me percaté que tenía líneas y párrafos subrayados,
¿por qué estaba así?, a lo que también me respondió “porque suena lindo,
interesante y me ayuda a pensar en otras cosas lejos del color gris en el que
vivo”.
Recordé en ese momento una discusión de dos políticos, uno joven y
otro no tanto que alegaban sobre el presupuesto que se le proporcionaba a la
cultura, el más joven mencionaba que consideraba razonable al ver la necesidad
en otras áreas de más dinero alguien se tenía que sacrificar total ¿para qué
sirve la cultura? No sé qué le haya respondido su acompañante, pero me hubiera
gustado que conociera ahora a mi amigo el taxista.
En The Moments Men (2014) se narra la historia del Programa de Monumentos, Arte y Archivos, un
grupo cuyo objetivo es rescatar obras de arte y otras piezas culturalmente
importantes que fuesen destruidas por Adolfo Hitler durante la Segunda Guerra Mundial,
una de las ideas principales de este film es ¿qué sería de un país sin su
cultura? ¡Imaginen que nos quitaran nuestras pirámides! O que por ejemplo se
quedará un país extranjero con el penacho del emperador Moctezuma, bueno, eso
creo ya lo hicieron, saludos hasta Austria.
Discutiendo con un amigo, escuchábamos al oriundo de Barcelona
Joan Manuel Serrat Teresa, quien nos atrapó entre una de sus tantas melodías,
“sabes que en cuanto lo escucho me siento en otro espacio y me ayuda a pensar
en cosas trascendentales y no tan transcendentales que me suceden y le pasan al
mundo”, Serrat sería feliz al escuchar esto, porque logra uno de sus tanto
objetivos, que las personas disfruten del arte, mediten sobre la vida y sobre
todo ¡vivan! gozando de todos los sentidos.
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