En el nombre del amor
POR SERGIO ARÉVALO
Twitter@sergioharevalo
En redes sociales se puede ver desde
principios de mes que este 14 de febrero muchos estuvieron acompañados de una
cuenta de Netflix, algunos otros con unas cuantas cucharadas de Nutella
mientras otros tantos se harían mutua compañía alrededor de una botella,
hablando claro de los que están solteros, los enamorados en estas líneas no
entran.
Desde nuestras tierras mexicanas y para
estar “ad hoc” a la temática de los corazones y cupidos Laura Esquivel en su obra “Como Agua para Chocolate” narra un
amor imposible entre Tita y Pedro, por su parte el escritor colombiano Gabriel
García Márquez nos cuenta la grandeza del amor eterno, aunque prohibido, entre
Florentino y Fermina en su novela “El Amor en Tiempos de Cólera”, sobre amor
podemos encontrar líneas maestras en “Rayuela” del desaparecido Julio Cortázar,
o algo más moderno y con toques un tanto eróticos en “50 Sombras de Grey”, en
gustos se rompen géneros y cuando de temas de amor se trata la diversidad aumenta,
si queremos conocer distintos amores y lo que en ocasiones se sufre para estar
con el amor verdadero la literatura es aliada.
En la novela “Mujeres Asesinas” escrita
por la argentina Marisa Grinstein que fuera popular en México por la serie
producida por Pedro Torres y las
adaptaciones realizadas en diferentes partes de Latinoamérica se puede ver un
común denominador, el motivo para asesinar: amor, ya sea por amor pasional,
amor ajeno, amor prohibido etc. ¿No es increíble como algo tan puro lo manchamos
con tanta facilidad?
En la política, el ex presidente
Porfirio Díaz, entre sus argumentos por los cuales no dejaba el poder o bien
“lo dejaba a medias”, estaba el mucho amor que le tenía al pueblo mexicano y
que no consideraba que hubiera otra persona que lo amara más que él, amó
tanto nuestro país que fue exiliado, pasando sus últimos días con su
otro amor: Francia.
Por el lado de la diversidad sexual la
comunidad LGBTTTI ha luchado no solamente por sus derechos en los cuales exigen
ser libres e iguales, un claro ejemplo se puede ver en la película “Pride”
(2014) o bien en la cinta mexicana “Cuatro Lunas” (2015) en donde visualizamos
como el amor de pareja y de amigos (ya sean homosexuales o heterosexuales)
puede ser el motor de una lucha común por el bien de toda una comunidad.
Durante las campañas políticas los
spots de los diferentes candidatos de izquierda, derecha, centro y sus
respectivos híbridos se manejan en la modalidad “amo a mi familia”, “amo a
México”, “amo a mi gente” para tiempo
después encontrarnos (no generalizo, pero se da el caso) que también “aman su
bolsillo” “aman sus propios intereses” y lo más interesante “se aman a sí
mismos”.
Podemos amar a nuestro prójimo, la
familia, nuestro trabajo, nosotros los mexicanos somos conocidos porque pesé a
todo siempre amaremos a nuestra patria y el amor tan característico que le
tenemos al motor de los hogares: nuestra madre, pero si bien es cierto que no
podemos amar nada si no empezamos amarnos a nosotros mismos.
“El corazón tiene razones que la razón
ignora”:
Blaise Pascal
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