Esta puesta en escena seleccionada en el Sexto Encuentro Estatal de Monólogos en Nuevo León, se presentó ayer en Saltillo. |
EDUARDO SANTOS
S.O.S / Saltillo
Un burócrata optimista con un soplo de destrucción y tres certezas en
la vida dio cuerda al desastre a través de las palabras, intentando confundir a
su audiencia y al mismo tiempo llevarla a la reflexión. Así en tres minutos que sumaron una hora de duración, se presentó ayer en el Rincón del Teatro el monólogo “Para
Satisfacción de los que han Disparado con Salvas”.
La actriz Nadia Carreón, bajo la dirección de Luis Alberto Rodríguez
se presentó en dicho recinto, vestida de negro, café y azul marino,
interpretando a un “hombre importante”, que se asemejaba también a la
conciencia de cada espectador o a un ser andrógino sin sexo alguno.
Lo primero que hizo al estar en escena fue romper la cuarta pared y
hablarle directamente al público, al espectador serio, al que estaba
bostezando. Parecía que iba a dar una conferencia de motivación, pero no fue
así, porque hablando le dio cuerda al desastre.
“Me gusta mentir diciendo que el mundo se puede arreglar”, dijo el
personaje que en el escenario se vio acompañado por una caja de cartón, un vaso
de vidrio, un huevo y un radio antiguo.
La obra se presentó en tres tiempos, a los cuales se les llamó
minutos, una metáfora marcada por el encendido de tres cerillos.
Carreón se quitó los zapatos y descalza hizo sus trazos escénicos, se
vendó los ojos, bajó del escenario y prosiguió con el monólogo, volvió a subir
y encendió el segundo cerillo, la puesta en escena llevaba dos minutos.
“Su esperanza es mucha, esperan ver lo que ya saben que no van a ver”,
dijo el personaje que se preciaba de ser de las pocas personas en el mundo en
ver la belleza.
“La belleza era un monstruo, exhalaba desprecio y malos modales… en
lugar de hacerme el amor, me hizo la infelicidad, se aburrió de mí y me prendió
fuego”, comentó.
La tensión del monólogo fue de menos a más, el protagonista se sintió
amenazado por la persona que se preocupa por los espectadores, misma que lo
contrató para dar la charla, la cual pudo durar más, sin embargo, ya no había
más cerillos.
Una interesante puesta en escena. Se cierra solicitando un cerillo. Es necesario re-iniciar... como todos los días reiniciamos nuestra vida...
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