Hoy hace 46 años de la masacre que marca la historia más grande de impunidad registrada en México, 2 de octubre no se olvida
EDUARDO SANTOS
S.O.S / Saltillo
Una sinfonía de llanto, un lienzo pintado con óleo de color
púrpura, 15 mil proyectiles que se dispararon, 300 muertos, 700 heridos y 5 mil
estudiantes detenidos, están en la memoria histórica.
El 2 de octubre, no se olvida. Fue en este día de 1968
cuando en la Plaza
de las Tres Culturas, en Tlatelolco, se llevó a cabo una gran manifestación
estudiantil en demanda de mayor libertad de expresión, a unas cuantas semanas
de que se celebraran en México las Olimpiadas.
Justo al inicio del mitin, una bengala surcó el aire, dicen
testimonios que esta fue la señal para que el Ejército Mexicano comenzara a
disparar en contra de la multitud.
Paco Ignacio Taibo II, secretario de la Comisión de La Verdad formada en 1993 para
buscar a los culpables de esta masacre describe el contexto social de México en
1968, dice, que es igual o muy parecido al actual.
Elena Poniatowska se dedicó, a oír las múltiples voces de
los protagonistas indiferentes, solidarias, quejumbrosas o airadas y escribió
el máximo testimonio colectivo, que, a la manera de un coro plural, da la
relación de los hechos en “La
Noche de Tlatelolco”.
La pantalla grande también documentó estos hechos a través
del documental “El Grito”, además de los largometrajes Rojo Amanecer, Borrar de
la Memoria ,
Ni Olvido, Ni Perdón y Tlatelolco, Verano del 68.
Fernando Delgadillo hizo su protesta a través de una canción
en la que recuerda que esa tarde en Tlatelolco, no, ni cantando, se olvida.
Y a 46 años de estos hechos, la sinfonía de llanto continúa
escuchándose y el lienzo pintado con óleo de color púrpura recuerda que este día
no se olvida y tampoco se perdona.
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