POR CAROLINA LÓPEZ
El domingo pasado Coahuila demostró que está de pie y
defendiendo a la institución de la familia. Miles de personas salieron de sus
casas a marchar por las principales calles de Saltillo.
El motivo: manifestarse en contra de la legalización del
matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción de menores de edad por
parte de esas parejas que aprobó recientemente el Congreso de Coahuila.
La manifestación fue muy numerosa. Podría decirse que una de
las mayores concentraciones que se han realizado en el estado vecino.
Las cifras oficiales hablan de alrededor de 30,000 mujeres,
hombres, adultos mayores, adolescentes, niños y niñas. Y no sólo de la entidad,
sino de estados vecinos como Nuevo León y Tamaulipas.
Me llamó uno de los participantes para comentarme los
detalles de la marcha. Lo mejor de todo,
me dijo, fueron los gritos y frases a
favor de la familia que los manifestantes corearon una y otra vez:
“Rescatemos la familia desde hoy, que no se pierdan los
valores, que nadie cambie lo que Dios creó, únete a nosotros a una voz,
luchemos por un México mejor... Amor de verdad se encuentra en papa y mama”,
fueron algunas de las frases que más se escucharon durante el recorrido.
También me contó de la enorme pancarta que se desplegó con
la leyenda “Rescatando la familia” y que estremeció a quienes están conscientes
de la embestida a nivel mundial que esta enfrentando la célula más importante
de la sociedad.
“Necesitamos rescatar a la familia de las corrientes
contrarias a nuestra idiosincrasia”. “Coahuila está despertando”, también me
dijo emocionado.
El caso es que el domingo por la tarde, las calles de
Saltillo se tapizaron de blanco, el color de la esperanza que vistieron los
asistentes a la marcha en defensa de la familia.
¿Qué nos pasó? Me pregunté al colgar el teléfono, ¿por qué
hemos ido adecuando leyes contrarias al matrimonio y a la familia?
La marcha en Saltillo nos debe cuestionar a todos, y
preguntarnos que es lo que está pasando en nuestra sociedad. Por qué los
gobiernos en lugar de proteger a la familia, legislan más para afectarla, y por
qué los ciudadanos (salvo algunas excepciones) en lugar de defenderla, hemos
permanecido apáticos.
No hay que olvidar que legalizar es fácil, ¡se puede
legalizar todo!; hasta que se puedan casar los padres con los hijos y los
hermanos con las hermanas, pero las cosas (nos guste o no) siguen siendo lo que
son. La ley natural no puede ser modificada sin que la sociedad tarde que
temprano sufra las consecuencias.
Vale la pena recordar que el interés de ciertos grupos de
eliminar las diferencias de sexo entre hombre y mujer, a través de la llamada
“ideología de género”, tiene un claro objetivo: dejar la puerta abierta a
cualquier comportamiento (sobre todo de tipo sexual).
Si esta corriente se extendiera por todo el país, si la
mayoría de la gente llegara a creer que no existen las diferencias de sexos,
pues entonces el matrimonio tradicional ya no tendría sentido; si ya no hay
sexos, da igual que sean dos hombres o dos mujeres los que formen una pareja;
si ya no hay sexos hay que echar abajo toda la estructura socio-familiar.
Como se puede ver, detrás de estas políticas públicas
disfrazadas de “ideología o políticas de género” (tan inocentes aparentemente)
se esconde una gran estrategia para validar toda clase de conductas, incluso
las contrarias a la naturaleza humana, y un gran número de incautos, como la
mayoría de los diputados del Congreso de Coahuila y de otros estados más, están
cayendo en la trampa.
CAROLINA LÓPEZ: Editorialista y conferencista que ha
publicado en medios nacionales e internacionales desde hace 20 años. Tiene un
programa de televisión y radio en ESNETV, en Los Ángeles California, donde
orienta a las familias hispanas a vivir los valores.
ARTÌCULO EDITORIAL TOMADO DE ELHORIZONTE.MX
¡Qué hermosas faltas de ortografía! (Papá, Mamá)
ResponderEliminarComo no concuerdo con ustedes y soy una persona no violencia, solo les digo que tengan un buen día.