Josué Ferrer, bloguero cristiano hace un análisis en el que muestra diez argumentos para tal afirmación
JOSUÉ FERRER
Tomado del Blog josueferrer.com
América del Norte es protestante y rica y la del Sur
católica y pobre. En Europa, con sus matices, ocurre igual. Incluso en el
Hemisferio Sur; compara Australia con Filipinas. Si consultas la lista de los
diez países del mundo con mayor renta per cápita, los diez con mayor bienestar
social, los diez más democráticos, los diez más transparentes o los diez menos
corruptos, verás que siete u ocho son protestantes. El protestantismo genera
libertad y prosperidad. Veamos ahora por qué:
1) Educación. Con la Reforma Protestante del siglo XVI, el
teólogo Martín Lutero planteó la necesidad de que la gente leyera la Biblia, y
para ello se tuvo que hacer una gran campaña de alfabetización para instruir a
un pueblo inculto. Pero en los países católicos con que el cura supiera leer ya
era más que suficiente. Así, en el siglo XVIII en Inglaterra y Holanda la
alfabetización alcanzaba ya al 70% de la población, mientras que en España o
Portugal no llegaba ni siquiera al 10%.
2) Ciencia. Los países reformados, volcados en la lectura la
Biblia, empezaron a interesarse por el estudio del mundo, de la naturaleza y de
las estrellas, inspirados sin duda por libros como Génesis, Salmos y otros
textos sacros. No es de extrañar que en estas naciones comenzaran a surgir
científicos como setas. Pero en los países del sur de Europa la Inquisición
quemaba en mitad de la plaza a los científicos por herejes y usaba sus trabajos
para engrosar su catálogo de libros prohibidos.
3) Mentira. Para los protestantes la mentira es un pecado
muy grave ya que se cita en los Diez Mandamientos junto al homicidio, el
adulterio o el robo. Así, en Alemania, un político suele dimitir si se
demuestra que ha mentido. En Estados Unidos puedes ir a prisión si entregas un
cheque sin fondos. Pero en los países católicos, como Italia o Malta, es un
pecado venial, un pecadillo, por tanto la mentira inunda la política, la
administración y las finanzas y no puedes confiar en nadie.
4) Robo. En los países reformados se entendió claramente que
el robo era muy grave, que todos los hombres eran iguales y que por tanto la
propiedad privada era un derecho inalienable de todos los hombres, pero en los
países de la Contrarreforma, mucho más apegados al Antiguo Régimen, la
propiedad privada era un privilegio de la Corona, la nobleza y la Iglesia
Católica. No en vano el comunismo triunfó en la católica Cuba. Nadie habría
apoyado a Fidel Castro en Canadá.
5) Ética en el trabajo. Mientras que en los países católicos
el trabajo es un castigo de Dios -al ser expulsado Adán del paraíso- y los
oficios manuales tienen menos prestigio que los intelectuales, en los
protestantes el trabajo no es malo: de hecho, Adán ya trabajaba en el Huerto
del Edén (Génesis 2:15); ser barrendero es tan digno como ser cirujano y
trabajar con excelencia y de forma ética también es una forma de honrar al
Señor. Max Weber lo resumió: trabajo, ahorro y esfuerzo.
6) Capitalismo. Para la Iglesia Católica la riqueza es un
estigma y la pobreza un signo de humildad y sencillez. El protestantismo, por
su parte, entiende que el problema no es el dinero en sí sino el amor al dinero
(1 Timoteo 6:10) y que de hecho ser rico no es incompatible con ser un buen
creyente; ahí están los casos de José, Moisés, Daniel o Job, entre otros. No es casualidad que el capitalismo, la banca
y los negocios hayan alcanzado sus máxima expresión en los países de la
Reforma.
7) Democracia. En las naciones protestantes se apostó por la libertad y la democracia, y por una
separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Destaca Suiza, con
su envidiable democracia directa. Por contra, los países del sur de Europa y
las repúblicas iberoamericanas se ahogaron en un sinfín de monarquías
absolutistas, fascismos, guerras civiles y golpes de estado que las condenaron
a la pobreza y el atraso. El Vaticano es aún hoy la última teocracia de Europa.
8) Separación de iglesia-estado. Mientras que en las
naciones protestantes se buscó dividir los poderes para que se contrapesen, la
Iglesia Católica trata hasta la fecha de que el poder civil se someta al
religioso. Así, Holanda pronto permitió la libertad de culto, en Escandinavia
se desarrolló el parlamentarismo y Estados Unidos nació como un estado laico.
En cambio, hasta hace muy poco en España se paseaba a Francisco Franco bajo
palio y aún hoy en México manda el señor obispo.
9) Imperio de la ley. Para el teólogo Juan Calvino la ley
-es decir, la Biblia- tenía la primacía pero para los católicos la primacía
recaía en una institución (la Iglesia Católica), fuera de la cual no hay
salvación y que era la encargada de interpretar la Biblia. Para la Reforma
todos los ciudadanos son iguales, mientras que para la Iglesia Católica no sólo
todos no eran iguales, sino que había incluso algunos que estaban dispensados
de cumplir la ley (por ejemplo, con las famosas bulas).
10) Valores bíblicos. En resumen, las naciones protestantes
se han inclinado por los principios bíblicos y las católicas por tradiciones
humanas, muchas de las cuales no sólo son extrabíblicas sino incluso abiertamente
antibíblicas. Es el contraste entre los valores del Libro versus los valores de
ritos, procesiones e imágenes. Es la bendición que comporta para un pueblo
apegarse a la Palabra versus la miseria, la hecatombe y la desolación que
siempre aguardan fuera de Dios. (Artículo tomado de: http://josueferrer.com/2015/02/18/protestantes/)
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